El mar gris y la extensa tierra negra;
La medialuna grande, baja y amarilla;
Las atemorizadas olas breves que saltan
Desde su sueño en encendidos círculos,
Mientras gano la bahía con impulsiva proa
Y sofoco su marcha en la arena fangosa.
Una milla de cálida playa fragante, luego;
Tres campos que cruzar hasta ver una granja;
Un toque en el cristal, el rápido raspado
Y el borbotón azul de un fósforo prendido,
Y una voz menos fuerte —debido a gozo y miedo—
Que los dos corazones golpeando al unísono.
7.11.14
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