13.1.24

Entonces


Entonces,
en los atardeceres de verano,el viento
traía desde el campo hasta mi calle
un inestable olor a establo

y a hierba susurrante como un río

que entraba con su canto y con su aroma
en las riberas pálidas del sueño.

Ecos remotos,
sones desprendidos
de aquel rumor,
hilos de una esperanza
poco a poco deshecha,
se apagan dulcemente en la distancia:

ya ayer va susurrante como un río

llevando lo soñado aguas abajo,
hacia la blanca orilla del olvido.

12.1.24

 A mano amada


A mano amada,cuando la noche impone su costumbre de insomnio
y convierte
cada minuto en el aniversario
de todos los sucesos de una vida;

allí,
en la esquina más negra del desamparo, donde
el nunca y el ayer trazan su cruz de sombras,

los recuerdos me asaltan.

Unos empuñan tu mirada verde,
otros
apoyan en mi espalda
el alma blanca de un lejano sueño,
y con voz inaudible,
con implacables labios silenciosos,
¡el olvido o la vida!,
me reclaman.

Reconozco los rostros.
No hurto el cuerpo.

Cierro los ojos para ver
y siento
que me apuñalan fría,
justamente,
con ese hierro viejo:
la memoria.

Quédate quieto


Deja para mañana
lo que podrías haber hecho hoy
(y comenzaste ayer sin saber cómo).

Y que mañana sea mañana siempre;

que la pereza deje inacabado
lo destinado a ser perecedero;
que no intervenga el tiempo,
que no tenga materia en que ensañarse.

Evita que mañana te deshaga
todo lo que tú mismo
pudiste no haber hecho ayer.

1.12.23

YO, TAMBIÉN


Yo, también, canto América.

Soy el hermano oscuro.
Me mandan a la cocina para que coma
cuando las visitas vienen,

pero yo me río,
y como bien,
y crezco fuerte.

Mañana,
yo estaré en la mesa
cuando las visitas vengan.

Entonces,
nadie se atreverá
a decirme:
“¡Coma en la cocina!”

Además,
verán lo bello que soy
y se sentirán avergonzados.

Yo, también, soy América.






29.8.23

Sestina: Altaforte

LOQUITUR: En Bertran de Born.

Dante Alighieri puso a este hombre en el infierno porque era un agitador de las armas.

Eccovi!
¡Juzguen!
¿Lo he desenterrado de nuevo?

La escena transcurre en su castillo, Altaforte. "Papiols" es su juglar. "The Leopard" es el emblema de Ricardo (Corazón de León).

I.

¡Maldito sea todo! Todo nuestro Sur apesta a paz.
¡Tú, Papiols, perro hijo de puta, ven! ¡Hagamos música!
No tengo vida salvo cuando las espadas chocan.
Pero cuando veo los estandartes de oro, heráldicas y condecoraciones enfrentándose
y los amplios campos debajo de esta escena se vuelven carmesí,
entonces mi corazón aúlla enloquecido de alegría.

II.

En el verano caluroso siento una gran alegría
cuando las tempestades matan la paz de la tierra,
y las luces del cielo negro brillan de color carmesí,
y los feroces truenos me rugen con su música
y los vientos chillan a través de las nubes enloquecidas, enfrentándose,
y a través de todos los cielos desgarrados chocan las espadas de Dios.

III.

¡Quiera pronto el infierno que oigamos de nuevo chocar las espadas!
¡Y los agudos relinchos de los caballos regocijándose en la batalla,
enfrentándose pecho a pecho con puntas opuestas!
¡Mejor una hora de combate que todo un año de paz,
con abundante comida, prostitutas, vino y música delicada!
¡Bah! ¡No hay mejor vino que el de la sangre carmesí!

IV.

Y me encanta ver salir el sol color sangre carmesí.
Y contemplo sus lanzas a través del oscuro choque
y mi corazón se llena de alegría
cuando lo veo desafiar y despreciar la paz,
y mi boca se abre de par en par con música rápida,
su solitario poder contra toda la oscuridad, enfrentándose.

V.

El hombre que teme a la guerra y se pone de rodillas enfrentándose
a mis palabras que llaman al combate, no tiene sangre carmesí
sólo es bueno para pudrirse en la afeminada paz
lejos de donde se gana el valor y las espadas chocan
porque la muerte de esas putas es mi alegría;
Sí, yo invado con mi música todo el aire.

VI.

¡Papiols, Papiols, a la música!
No hay sonido como el de las espadas enfrentándose,
Ni grito alegre como el de la guerra
cuando nuestros codos y espadas chorrean carmesí
y nuestra carga choca contra "El Leopardo".
¡Que dios maldiga para siempre a todos los que claman "Paz"!

VII.

¡Y que la música de las espadas los convierta en carmesí!
¡Quiera pronto el infierno que oigamos de nuevo chocar las espadas!
¡Que el infierno tiña por siempre de negro todo pensamiento de "Paz"!

22.8.23

ESTIMADO SR. FANELLI:


Vi su foto
en la estación de la calle
79. Usted dice
que le interesa
cualquier comentario
que yo tenga sobre el
estado de
la estación, Sr. Fanelli,
hay un montón
de basura en la estación
de la calle 79 que hace
desagradable esperar
allí más de unos
minutos. Le podrían
echar una manito de pintura
a la estación y quizás
altoparlantes nuevos
para que se entiendan
los avisos de retrasos
que transmiten
siempre. Sr.
Fanelli —hay un montón
de gente durmiendo
en la estación de la calle 79
& me pone triste
cuando pienso que no tienen
un hogar. Sr.
Fanelli, ¿cree usted
que pueda encontrarles un
lugar más cómodo para
que descansen? Es bien ruidoso
el metro, especialmente
esos trenes expresos
que pasan como bólidos a cada
rato, claro que solo cuando
funcionan.
Debo confesarle, Sr. Fanelli, que
pienso que la estación de la calle 79
está en pésimas condiciones
& a veces de noche
cuando me doy vueltas en la cama
pienso que el mundo
tampoco va tan
bien & me
pregunto qué sucederá,
hacia dónde apuntan
nuestras cabezas, si es que
apuntan a algún lado, si
acaso tenemos cabezas. Sr.
Fanelli, ¿cree usted que
podríamos empezar
con la estación de la calle
79 & hacer lo
que podamos con eso,
entonces quizás podríamos,
usted sabe, supongo, avanzar
desde ahí? Sr.
Fanelli, cuando vi su
foto & el cartel
pidiendo recomendaciones
pensé, si
usted de verdad quería
llegar al fondo
de lo que está mal
quizás era mi obligación
escribirle: quizás
usted no ha entrado nunca
a la estación de la calle 79
porque está demasiado ocupado
en la administración de las estaciones
de la calle 72 & la 66,
quizás no conozca
los problemas que tenemos
en la 79 —me refiero
a la mugre & los usuales
retrasos & la impresión
de absoluta tristeza que
impregna el lugar. Sr.
Fanelli, ¿ha leído
hasta aquí mi carta
o recibe
tantas por día
que no tiene
tiempo para darle
a cada una la atención
que se merece? ¿O soy
acaso la única persona
que aceptó su invitación
a contactarlo &
usted no tiene experiencia
suficiente para saber qué
responder? Lamento
que no pueda obtener su atención
Sr. Fanelli porque de verdad
creo que si usted pide
comentarios entonces
debería estar dispuesto
a actuar en consecuencia —aun
si debería es una palabra
demasiado grande para tirarle
a estas alturas.
Sr. Fanelli
espero que no
piense que soy grosero
si le hago una
pregunta personal. ¿Sale
de la oficina
a veces?
¿Va al cine
o prefiere
los deportes —o quizás
las noches tranquilas en el
restorán del barrio? ¿Lee
algo, Sr. Fanelli?
No me refiero solo
a Gibbons y cosas
así, sino a la filosofía—
¿ha leído algo
de Hannah Arendt o
prefiere
una perspectiva
más ideológica?
Creo que si yo supiera
de dónde viene usted,
Sr. Fanelli, podría escribirle
de un modo más convincente,
más persuasivo. Sr.
Fanelli, ¿sale
alguna vez de la ciudad —digo
hasta Bear
Mountain o a
Montauk? Digo, ¿nota
usted lo desagradable
que es el aire en la estación
de la calle 79 —que
no vendría mal un poco de aire
acondicionado o un sistema
de filtrado allá abajo? Sr.
Fanelli, ¿cree
que sería posible
juntarnos
y que conversemos en
persona de estas
cosas? Me quedan
un par de puntos
que quisiera repasar
con usted si tuviera
la oportunidad. Cosas
que quisiera contarle
pero que soy
reacio a
poner por escrito.
Sr. Fanelli, no me
he sentido bien
últimamente y pensé
que conocernos en persona
podría mejorar
mi humor, podría ponerme
en un nuevo estado
de ánimo. ¿Y si
almorzamos juntos?
¿O quizás después del trabajo?
Piénselo, Sr.
Fanelli.

6.8.23

Introducción a la poesía


Les pido que tomen un poema
y lo sostengan a la luz
como una diapositiva a color

o que apoyen una oreja contra su colmena.

Les digo que suelten un ratón en el poema
y miren cómo busca la salida,

o que caminen dentro de la habitación del poema
y tanteen las paredes buscando la llave de la luz.

Quiero que hagan esquí acuático
sobre la superficie de un poema
mientras saludan al nombre del autor en la orilla.

Pero lo único que quieren hacer
es atar al poema a una silla
y hacerlo confesar bajo tortura.

Empiezan a pegarle manguerazos
para averiguar lo que realmente significa.

5.7.23

NIRVANA


sin mucha elección

y casi sin quererlo,

él era un joven

a bordo de un autobús

que cruzaba Carolina del Norte

rumbo a

algún lugar

y empezó a nevar

y el autobús paró

en un café

sobre las colinas y

los pasajeros

entraron.

él se sentó en el mostrador

con los demás,

pidió y le

trajeron su comida,

que estaba particularmente buena

lo mismo que el café.

La camarera no era

como las mujeres que él

había conocido.

No se hacía la interesante,

un humor natural emanaba

de ella.

El cocinero decía

cosas locas.

El lavacopas,

atrás,

se reía

con una risa

limpia

y placentera.

el joven miraba

la nieve a través de las

ventanas.

Quería quedarse

en ese café

para siempre.

Un curioso sentimiento

lo inundó:

que todo

era

bello

ahí,

que todo permanecería

siempre bello

ahí.

entonces el chófer

avisó a los pasajeros

que ya era tiempo de irse.

el joven

pensó, me voy a quedar

aquí, me voy a quedar aquí.

Pero

se levantó y siguió a

los otros hasta

el autobús.

Encontró su asiento

y miró el café

por la ventanilla.

el autobús arrancó,

dobló una curva,

y fue camino abajo,

alejándose de las colinas.

el joven

miraba

hacia adelante.

Los otros pasajeros

charlaban de otras cosas

leían

o

intentaban

dormir.

no se habían dado cuenta

de la magia.

el joven

puso su cabeza

contra el asiento,

cerró los ojos,

fingió

dormir.

Nada quedaba

sólo escuchar el

sonido

del motor,

el sonido de las

ruedas

en la nieve.