Hay un libro llamado
El diccionario de los ángeles.
Nadie lo ha tocado en cincuenta años,
lo sé porque al abrirlo
la cubierta se rompió, las páginas
se desmoronaron. Entonces descubrí
que los ángeles una vez fueron tan plenos
como especies de moscas.
El cielo al amanecer
solía estar repleto de ellas.
Uno tenía que batir ambos brazos
para poder alejarlas.
Ahora el sol brilla
a través de los altos ventanales.
La biblioteca es un lugar tranquilo.
Ángeles y dioses se reúnen
en oscuros libros sin abrir.
El gran secreto yace
en algún estante que la señorita Gómez
revisa cada día en sus rondas.
Ella es muy alta, así que mantiene
su cabeza atenta como si escuchase.
Los libros susurran.
Yo no escucho nada pero ella sí.
15.9.11
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2 comentarios:
que lindo!
definitivamente Simic es un genio
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