6.4.24

Cuando seas vieja...


CUANDO seas vieja y gris y soñolienta, cabeceando ante el fuego, toma este libro,
léelo lentamente y sueña con la suave mirada
y las sombras profundas que antes tenían tus ojos.

Muchos amaron tus momentos de gracia radiante
y con amor falso o verdadero amaron tu belleza,
pero sólo uno amó tu alma de peregrina
y amó el dolor de tu rostro cambiante.

E inclinándote ante el resplandor de los leños,
murmures, un poco triste, cómo escapó el amor
y anduvo sobre las cimas de las altas montañas
y escondió su rostro entre una multitud de estrellas.

No hay comentarios.: