29.8.23

Sestina: Altaforte

LOQUITUR: En Bertran de Born.

Dante Alighieri puso a este hombre en el infierno porque era un agitador de las armas.

Eccovi!
¡Juzguen!
¿Lo he desenterrado de nuevo?

La escena transcurre en su castillo, Altaforte. "Papiols" es su juglar. "The Leopard" es el emblema de Ricardo (Corazón de León).

I.

¡Maldito sea todo! Todo nuestro Sur apesta a paz.
¡Tú, Papiols, perro hijo de puta, ven! ¡Hagamos música!
No tengo vida salvo cuando las espadas chocan.
Pero cuando veo los estandartes de oro, heráldicas y condecoraciones enfrentándose
y los amplios campos debajo de esta escena se vuelven carmesí,
entonces mi corazón aúlla enloquecido de alegría.

II.

En el verano caluroso siento una gran alegría
cuando las tempestades matan la paz de la tierra,
y las luces del cielo negro brillan de color carmesí,
y los feroces truenos me rugen con su música
y los vientos chillan a través de las nubes enloquecidas, enfrentándose,
y a través de todos los cielos desgarrados chocan las espadas de Dios.

III.

¡Quiera pronto el infierno que oigamos de nuevo chocar las espadas!
¡Y los agudos relinchos de los caballos regocijándose en la batalla,
enfrentándose pecho a pecho con puntas opuestas!
¡Mejor una hora de combate que todo un año de paz,
con abundante comida, prostitutas, vino y música delicada!
¡Bah! ¡No hay mejor vino que el de la sangre carmesí!

IV.

Y me encanta ver salir el sol color sangre carmesí.
Y contemplo sus lanzas a través del oscuro choque
y mi corazón se llena de alegría
cuando lo veo desafiar y despreciar la paz,
y mi boca se abre de par en par con música rápida,
su solitario poder contra toda la oscuridad, enfrentándose.

V.

El hombre que teme a la guerra y se pone de rodillas enfrentándose
a mis palabras que llaman al combate, no tiene sangre carmesí
sólo es bueno para pudrirse en la afeminada paz
lejos de donde se gana el valor y las espadas chocan
porque la muerte de esas putas es mi alegría;
Sí, yo invado con mi música todo el aire.

VI.

¡Papiols, Papiols, a la música!
No hay sonido como el de las espadas enfrentándose,
Ni grito alegre como el de la guerra
cuando nuestros codos y espadas chorrean carmesí
y nuestra carga choca contra "El Leopardo".
¡Que dios maldiga para siempre a todos los que claman "Paz"!

VII.

¡Y que la música de las espadas los convierta en carmesí!
¡Quiera pronto el infierno que oigamos de nuevo chocar las espadas!
¡Que el infierno tiña por siempre de negro todo pensamiento de "Paz"!

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