11.6.20

Amor a primera vista

Los dos pensaron que
un repentino sentimiento los unía.
Esa seguridad era hermosa
aún más hermosa que la inseguridad.
Ellos pensaban que no se conocían
el uno al otro.
Nunca había pasado anda entre ellos.
Estas calles, estos corredores
"Dónde pudieron haberse conocido antes?"
Me gustaría preguntarles si pueden recordarlo.
Quizás un día en una puerta de vaivén, cara a cara?
¨Un "perdón" en la multitud? "Un número equivocado
en el teléfono?"
Pero yo sé la respuesta: no ellos no lo recuerdan.
Que tan sorprendidos estarían
de que ya, y por un largo tiempo,
el destino haya estado jugando con ellos.
Aún no listos para cambiar dentro del destino
que los acerca, y al mismo tiempo los aleja
cortando su camino y reprimiendo una visión,
escapándose aún más.
Había señales, indicaciones indescifrables,
"qué importa?"
Hace tres años, tal vez,
o quizás el pasado martes
esta hoja volando de un hombro a otro.
Algo perdido y recolectado.
Quién sabe "quizás aún una pelota en
los arbustos de la niñez?"
Hubo manijas, timbres,
donde en la huella de una mano
otra mano era puesta.
Maletas de viaje
una al lado de la otra
en el equipaje abandonado
y tal vez una noche en un mismo sueño
olvidado al caminar.
Pero cada principio es solo una continuación
y el libro del destino está siempre abierto a la mitad

2 comentarios:

Marybel Gaalaz dijo...

Hola, veo que hace tiempo visitaste mi blog en varias ocasiones. Constato que eres poeta.
Bonitos versos.
Un saludo

Ariel Guallar dijo...

Gracias, Marybel. Bienvenida. Es bueno que el tiempo y el espacio se unan de vez en cuando. Saludos!