Cenarás bien, Fábulo mío, en casa,
en unos días, con el favor de los Dioses,
si traes comida buena y abundante,
no sin una hermosa muchacha,
y vino y sal y mucha risa.
Haz así, querido amigo, tráelo, ven,
y cenarás bien; pues el bolsillo de Catulo
está lleno de telarañas.
De mi parte recibirás el más puro cariño
o quizá algo más suave y elegante:
el perfume que a mi amada regalaron
las Venus y los Cupidos.
Cuando lo huelas, a los Dioses rogarás
que te hagan, Fábulo, todo nariz.
6.10.18
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