Ayer naciste, y morirás mañana.
Para tan breve ser, ¿quién te dio
vida?
¿Para vivir tan poco estás lucida?
Y, ¿para no ser nada estás
lozana?
Si te engañó su hermosura vana,
bien presto la verás
desvanecida,
porque en tu hermosura está escondida
la ocasión de morir
muerte temprana.
Cuando te corte la robusta mano,
ley de la
agricultura permitida,
grosero aliento acabará tu suerte.
No salgas,
que te aguarda algún tirano;
dilata tu nacer para la vida,
que anticipas
tu ser para tu muerte.
3.2.13
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