16.11.11

Traducción

Todas tus historias son sobre ti mismo, dijo ella, 
incluso cuando parecen ser sobre otra gente. 
No iba a negarlo, 
ni a darle el gusto de tener razón. 
Así que cité a Proust, quien dijo que los escritores no inventan libros
los encuentran en sí mismos
y los traducen. 
Eso pareció resolver el problema y ella se quedó callada. 
Hundí mis dedos en un bol de agua perfumada 
y empecé con el arroz. 
Un dejo a arcilla y a hojas
y a metal 
me tomó por sorpresa.
¿Qué hay en el arroz?, le pregunté. 

¿Caldo de hongos?
¿Cartuchos de escopeta? 
¿Lombriz? 

No, dijo, mirando a través de la luz de la vela,

las historias que todavía no has escrito están en el arroz.

Debes estar paladeándolas.

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